El aire se colaba por todas las rendijas, era una vieja casa pero la penumbra en la que ahora la contemplaba no le quitaba ni una pizca de su encanto. O quizás fueran todos los sentimientos que se habían alojado en su garganta tan pronto como traspasó el dintel.
La mujer de la agencia parloteaba algo sobre remodelación y modernidad.
- Gracias - le soltó a bocajarro volviéndose hacía ella.
- ¿Perdón? - parecía que le costaba entender pero al ver su postura firme en la entrada de la casa se puso a la defensiva. - Señorita, si me permite le mostraré el edificio y la casa que ha adquirido. Le decía que no se desanime al verla, ha estado bastante tiempo deshabitada pero con una buena refor... -
- Gracias - volvió a interrumpirle.
- Conozco el edificio y la casa. En el piso inferior está lo que en tiempos fue la casa del conserje y enfrente de ella las antiguas cuadras que se convirtieron a principio de siglo en garaje. Luego son dos plantas con dos viviendas en cada planta de las que solo la mía va a estar habitada -
- Lo que es un derroche como bien le dije a la Sra. propietaria - aprovechó para interrumpir ella también iniciando de nuevo su parloteo, si se creía esta señoritinga que iba a impedirle hacer su trabajo iba lista. - Siempre hemos tenido interesados en la propiedad y con ofertas muy sustanciales no se crea pero la vieja las rechazaba todas. En esta zona y con un buen arreglo podrían sacar mucho dinero, y si no quiere vender podríamos buscar unos buenos inquilinos. No se preocupe que con el nivel que nos movemos podríamos escoger buenos vecinos para usted, al fin y al cabo una propiedad como éstas no puede permitírsela cualquiera. A ver si ahora que tratamos con su nieto es más razonable... ya nos extrañó cuando recibimos el encargo de proporcionarle a usted esa llave. -
Por momentos se le estaba haciendo inaguantable y sabía que de seguir así acabaría explotando.
- Gracias - le dijo una vez más
- ¿Perdón? - Si, definitivamente le costaba entender.
- Ya me ha entregado la llave. Si estoy en lo correcto eso es lo que les habían encomendado.-
La mujer dudó, podía decirle que debía acompañarla hasta la puerta de su vivienda pero algo en la expresión de la jovencita que tenía delante le hizo desistir y de repente cayó en la cuenta, la llave que le había entregado era solo de la puerta principal. - Si es todo lo que necesita... - dijo con desdén.
- Sí. Gracias. -
Tenía todo lo que necesitaba... la llave y esa maldita carta que hubiera preferido nunca recibir.
Ya solo le faltaba la soledad necesaria para permitir que las lágrimas salieran y en el momento que oyó como la puerta se cerraba a sus espaldas se derrumbó.